domingo, 6 de abril de 2008

Lecturas Del Modulo 3 : Selección de Medios e Implantación de la Enseñanza basada en Tecnología

Siempre que hay una evaluación uno como alumno se estresa o simplemente entra en pánico, ya que nuestro aprendizaje será puesto a prueba. En palabras de Lozano (p. 378) “la confianza (o más bien, la falta de ésta) es uno de los principales problemas en los procesos de evaluación del aprendizaje”. Siempre hay polémica respecto a la formas que utilizan los maestros para evaluar a sus alumnos, esto en una clase presencial. Pues esto mismo sucede al momento de la evaluación en la educación a distancia. Recuerdo el semestre pasado que nos evaluaron de forma virtual con reactivos múltiples y la retroalimentación de lo obtenido era instantánea, en cuanto uno mismo daba clic al botón de terminar. Varios compañeros de ese curso de la maestría mostraron su inconformidad sobre la estructura de dicho examen, muchos argumentaban que estaba mal hecho, otros que no eran justas las respuestas que se manejaban, en fin.

En la educación a distancia hay varias formas o técnicas, entre ellas se tienen, Lozano (2007):

  • 1. Examen presencial: es la forma tradicional por antonomasia de evaluar el conocimiento, donde el alumno se apega a una fecha y hora específica.
  • 2. El examen virtual: es la aplicación del examen vía Web, con varios reactivos según el maestro elija los convenientes, conforme a lo que desea evaluar. La desventaja seria como lo menciona Lozano (2007), no saber si la persona que realiza el examen es en realidad el alumno quien dice ser. Permite flexibilidad al estudiante.
  • 3. La asignación de trabajos: se logra mediante investigaciones, ensayos o monografías. Mediante la redacción del alumno el profesor se da cuenta del aprendizaje obtenido, esta forma es una de las más significativas en la educación a distancia.
  • 4. Foros asincrónicos: “implica observar lo que ocurre hacia el interior de cada curso en los foros” (Lozano, p.391). se puede evaluar por la frecuencia de la participación y la calidad de la misma.
  • 5. Foros sincrónicos: Mediante una videoconferencia se puede verificar y conocer al alumno evaluado, dando así una mayor credibilidad.
  • 6. La autoevaluación: Asignarse una calificación según el criterio del alumno si cumplió con los objetivos de su aprendizaje.
  • 7. La coevaluación: Evaluar a los compañeros de equipo de acuerdo a la calidad de su trabajo y responsabilidades asignadas. Al haber apatía entre miembros, se recurre al canibalismo académico generando calificación negativa. En contraste la piedad académica se asigna una calificación positiva, aunque inmerecida.

Ante esto, los maestros deben elegir la mejor forma para evaluar a sus alumnos, en base al contenido a evaluar.

Sobre todo si se es tutor en un curso, entendiendo el termino tutoría como lo realizado “en el proceso de enseñanza-aprendizaje en el que un docente, maestro, asesor, instructor o tutor” que “acompaña, monitorea, da seguimiento, guía y retroalimenta a los estudiantes o participantes de un curso académico o de educación continua” (Lozano, p.422). Partiendo de esto, el tutor su función principal, como lo dice Lozano (2007) es atender, dar seguimiento y retroalimentar los avances en el proceso de aprendizaje de sus alumnos. Muchos lo llaman instructor, pero como dice Bates (2003) se prefiere la palabra británica tutor, ya que refleja mejor el rol facilitador que el rol instruccional.

El tutor debe ser un facilitador que lleve al alumno hacia un aprendizaje fluido y guiado donde esté al tanto de sus actividades. Debe tener una empatía con los alumnos y una conexión ya sea mediante e-mail, chat o la plataforma misma, donde la interacción debe ser de lo más amena para que el estudiante se sienta en confianza y pueda externar todas sus preocupaciones y dudas al tutor, donde éste hará lo necesario para esclarecer sus interrogantes y de ésta manera se de el aprendizaje de una forma interactiva. Además debe preocuparse por sus alumnos en dado caso que alguno de ellos falle a las actividades correspondientes o no se reporte durante cierto tiempo, contactándose con el alumno por algún medio, incluso el teléfono, para saber la causa de su falla en el curso.

Al planear las actividades el tutor debe de seguir la agenda establecida del curso y tener acuerdos con los alumnos cuando se suscite algún contratiempo o variante en el curso mismo, aunque el tutor “puede no haber creado el material original pero puede tener la habilidad en ayudar a los estudiantes en el proceso de enseñanza” Bates (2003, p.101).

No se debe olvidar que los tutores deben recibir capacitación tanto en tecnología como para recibir conocimientos y desarrollar habilidades y actitudes en el área docente de programas de educación a distancia, como lo menciona Lozano (2007).


Referencias: Bates, A.W., Poole, G. (2003). Effective teaching with technology in higher education. San Francisco: Jossey-Bass.
Lozano Rodríguez, A., Burgos Aguilar, V. (2007). Tecnología educativa: en un modelo de educación a distancia centrado en la persona. Distrito Federal, México: Limusa.